Gustavo Arturo de Alba ha enviado un texto del sociologo Darío Zepeda Galván a propósito de la proyección de Sin City en La Querencia, el jueves 26 de enero a las 21:00 horas.
Lo reproduzco enseguida, al tiempo que les recomiendo la película, es excelente:
Tertulia cinéfila de La Querencia
Guía de turistas para Sin City
Darío Zepeda Galván
Crisol y La Querencia iniciarán este jueves 26 de enero su temporada 2006 de su “Tertulia Cinéfila de La Querencia” con la controvertida cinta “Sin City”, contando con los comentarios de Mónica Zarate, Gustavo Arturo de Alba y del sociólogo Darío Zepeda, experto en el cine moderno basado en el comic, como es el caso de “Sin City”, la cual se proyectará a partir de las 21.00 horas en el sitio de La Querencia, ubicado en Guerrero Sur 206, entre Av. López Mateos y Nieto.
Desde su nacimiento, la película de Sin City estuvo destinada a convertirse en uno de esos eventos que son inmensamente apreciados por una minoría muy informada sobre el asunto y en contraparte, o bien incomprendidos o de plano olímpicamente ignorados por eso a lo que luego se le llama “el gran público”. Ha querido la tradición que a la cinta que recibe dicho tratamiento se le ponga encima el título de “de culto”, lo que es otra manera de decir que la película en cuestión viene con una clave previa que sólo unos cuantos afortunados conocen y pueden descifrarla.
Acá la cosa entonces se trata de ponernos a todos en sintonía, de sentar las bases para poder compartir el mismo código y tener la oportunidad de ver la misma cosa, o casi. Decía, antes de la anterior perorata, que Sin City desde antes de nacer ya estaba predestinada a volverse cinta de culto, ¿Por qué? Bueno, habrá que hacer un poco de historia antes de llegar a eso, pero no se apaniquen, que no es mucha ni muy aburrida. Veamos, cuando uno ha estado inmerso el suficiente tiempo en el submundo del arte de la gráfica secuencial, vulgo cómic, inevitablemente se topará con el trabajo de Frank Miller, no hay manera de escapar, si te gustan los cómics, tienes que haber leído a Frank Miller, más específicamente, habrá que haber leído Dark Knigth Returns, la mejor historia de Batman a la fecha, pero esa es harina de otro costal. El caso es que una vez que se tuvo contacto con la narrativa y la gráfica de Miller, el siguiente paso lógico es buscar más material de él y lo más probable es que se tope uno Sin City.
Sin City es un cómic (en su modalidad de novela gráfica), o mejor dicho, una serie de cómics que Miller ha venido sacando a lo largo de los años, todos situados en esa mítica y decadente ciudad, gobernada por mafiosos y asesinos y en la cual la vida está más barata que allá en León Guanajuato. Todas estas historias (de las cuales la película en cuestión recoge cuatro nada más) están ambientadas en una exitosa mezcla de dos géneros, uno: el género negro; con un magnífico despliegue de violencia y una temática que gira sobre las cuestiones de la lealtad, la seducción, la tentación, la corrupción y la perversión, los policías y los ladrones se persiguen y se matan a su gusto. Sin el lustre intelectual de antiguos protagonistas de novela negra como Maigret, Marlowe o al menos Belascoarán Shayne, los héroes de Sin City, se compensan con un valor a prueba de todo, una invulnerabilidad semidivina y armas muy pero que muy grandes. Con lo que entran en el subgénero de los superhéroes, o mejor aún, de sus antecesores, los héroes del Pulp.
Si uno se fija solamente en las historias, pues realmente no hay nada ahí como para extasiarse: los clásicos monólogos, las clásicas traiciones y vueltas de tuerca, las acostumbradas vendettas, nada del otro mundo. Ah, pero lo interesante del trabajo de Miller es que logra que uno ni se entere de lo trillado o previsible de las historias, todo gracias a un estupendo manejo de la gráfica. Miller trabaja casi exclusivamente con el blanco y el negro (sólo usa colores para enfatizar mensajes muy específicos dentro de la historia), lo cual además de permitirle ambientar muy bien lo sórdido y decadente de la ciudad, le sirve para desplegar su talento como narrador gráfico. Miller usa el blanco y el negro de manera genial, logra que ninguna página se parezca a otra, sus encuadres, los planos, las angulaciones del dibujo suelen contar más que los soliloquios de los protagonistas, logrando a veces páginas casi exquisitas de tan cuidados que están todos los elementos para lograr que el mensaje llegue casi intacto al espectador. En estas historias, el autor se regodea y se da vuelo, pone una misma escena desde dos o tres ángulos completamente distintos, nos cuenta hasta cuatro historias distintas en una página (algunas de las cuales desglosa después en otras novelas) y se vuela la barda con un tremendo despliegue de sangre blanca y cristales rotos.
Total, que como casi no se habrán dado cuenta, a mí me encanta el trabajo gráfico que se hace en Sin City. Por todo eso, a los que conocíamos las historias, la idea de una película nos parecía, en el mejor de los casos arriesgada, porque parecía casi imposible poder trasladar íntegro la riqueza de arte secuencial de Miller al cine, después la preocupación se tornó en auténtico pánico cuando se supo que Robert Rodríguez iba a dirigirla, después de todo, Rodríguez es el perpetrador de los “mini espías” y eso no se olvida fácilmente. La noticia de que Frank Miller iba a ser co-director, no sólo un “asesor” y el anuncio de que iban a procurar llevar la película “viñeta por viñeta” a la pantalla grande, trocó el nerviosismo en entusiasmo. Y no nos defraudó, la película rescata las imágenes del cómic de una manera impresionantemente fiel, esta no es una película sobre un cómic (como las de Batman o Spiderman) es un cómic hecho película, página por página, diálogo por diálogo, de ahí que no resulte exagerado decir que es la mejor adaptación de un cómic a la fecha.
¿Pero eso la hace una buena película? Desde mi punto de vista sí, a pesar de que puede sentirse de repente algo inconexa debido a que está partida en cuatro partes (seis si contamos los segmentos de inicio y final) creo que mantiene el mismo ritmo e interés que cuando uno lee las historias. Me parece además que el trabajo de los que seleccionaron a los actores fue casi perfecto, digo, realmente fue algo impresionante revisar la lista del reparto para esta película (Bruce Willis, Benicio del Toro, Mickey Rourke, Clive Owen, Rosario Dawson, Michael Clarke Duncan, Rutger Hauer, Michael Madsen, Elijah Wood entre otros) pero con todo y eso yo tenía muchas dudas sobre Bruce Willis y cumplió perfectamente como Hartigan, el único policía honrado de la ciudad, no se diga Mickey Rourke, que se roba la película como el inmenso e indestructible Marv. Quizás mi única queja es lo poco convincente que quedó Jessica Alba como Nancy, si ustedes algún día pueden ver en la novela gráfica como es el personaje, entenderán mi decepción.
Además está, casi como una mera curiosidad, el hecho de que la cinta fue realizada completamente en formato digital y en todas las escenas se utilizó la pantalla verde, permitiendo de esta manera, que el mismo Frank Miller hiciera el “dibujo” de los exteriores a su gusto. Creo que la película pone todo lo que debe de poner, e incluso agrega una cuantas cosas más que uno se da cuenta que faltaban en el cómic. Y creo que el notable manejo de los claroscuros y los contrastes de color, bastarían para hacer esta película visualmente atractiva, y el desarrollo de los personajes y lo por momentos escabroso de las historias logran mantenerlo a uno pegado a su asiento y listo para la segunda parte.
Pero falta ver que creen ustedes y para ello nada mejor que disfrutar de la proyección y los comentarios en torno a “Sin City” este jueves 26 a partir de las 21.00 horas en La Querencia, ubicada en Guerrero Sur 206 sur, entre Nieto y Av. López Mateos.
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