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Columna de Mezquite | Sobre La Marcha Equis


Claudia Santa-Ana

Vaya apología de la conservación de los monumentos y el patrimonio como excusa para ofendernos a las mujeres en el legítimo reclamo de dejar de ser violentadas. Esta forma de protesta se llama iconoclasia e, históricamente, es muy relevante.

Es comprensible la contrariedad, pues a todos nos gusta tener una ciudad pulcra, pero debemos entender que más importante que eso es tener una sociedad justa, en la que ninguna mujer esté en riesgo solo por ser mujer. El objetivo es visibilizar la causa. ¿Que no son las formas? Ya se han seguido todas, a lo largo de años y años, y los indicadores siguen subiendo:

- En México hay una violación cada 7 minutos en promedio

- Hay 11 niñas/mujeres muertas cada día, por el solo hecho de ser mujeres

- 4 de cada 10 mujeres que sufren abuso sexual son niñas (la mayoría de las familias no hacen nada y prefieren “guardar el secreto”)

- A las violencias que conocemos de cerca, sumo esta, que es más discreta, pero está a todo lo que da: la violencia institucional

Las piedras de los monumentos pueden ser limpiadas y volver a su estado original. En cambio, el daño individual, familiar y colectivo que provoca la violencia de género es muy profundo y, en muchos casos, irreparable.

Tenemos que hacer el esfuerzo de leer e informarnos sobre esto antes que hacer opiniones a la ligera, tener más empatía y entender que estamos atravesando un momento histórico. #8M

Claudia Santa-Ana es arquitecta


∙ Para el GPPAN es el tiempo de los consensos y acuerdos privilegiando el diálogo y trabajo

∙Diosdado respaldó a su bancada mayoritaria para trabajar haciendo equipo por Aguascalientes.

∙ Celebró la elección en el pleno legislativo de las personas que integran el Consejo Consultivo de la Comisión de Derechos Humanos

Para el Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (GPPAN), es el tiempo de los consensos y acuerdos privilegiando el diálogo y trabajo para articular políticas públicas en beneficio de los ciudadanos de Aguascalientes, consideró el diputado local Juan Pablo Diosdado.

Al participar en la primera sesión ordinaria del segundo periodo ordinario de sesiones del primer año de ejercicio constitucional de la LXV Legislatura del Congreso del Estado, el legislador Diosdado respaldó a su bancada mayoritaria para trabajar haciendo equipo por Aguascalientes.

“Desde la Comisión de Educación del Grupo Parlamentario mi apoyo y respaldo es a favor de la educación sí a las niñas y sí los niños de Aguascalientes, exigimos con carácter de urgente al Gobierno Federal el regreso del programa de las escuelas de tiempo completo”.

Juan Pablo lamentó que resultado de la cancelación del programa de escuelas se afecta a más de 80 mil alumnos en más de 500 escuelas, por lo que refrendó su compromiso para seguir trabajando por un Aguascalientes ejemplo nacional y dar la fortaleza al PAN desde el corazón de México. 

Para concluir el legislador local celebró la elección en el pleno legislativo de las personas que integran el Consejo Consultivo de la Comisión de Derechos Humanos conformado por: María Teresa Isabel Martínez Mercado, Manuel Alejandro Gutiérrez Flores, Silvia Araceli Solís Luévano, Thelma Ocampo Fuentes y Ana Cristina Dávila Peña mismos que rindieron protesta en el recinto legislativo.









Juan Pablo Ruiz

Siempre será un privilegio contar con una amigo o amiga que comparta la pasión por la lectura; pero si además es escritor o escritora, el privilegio es mayor,  y sí todavía, parte existencial de su creación, tiene como origen o propósito el amor a los animales, tenemos oro molido en las manos.

Por esto, la presentación de “Jaulérica Vida” el libro compilado por Ana Leticia Romo recientemente en diversos foros de nuestra ciudad y en las Ferias del Libro de Aguascalientes y Guadalajara, no debe pasar desapercibido de conciencia alguna; ni siquiera de aquellos que ven con indiferencia o superioridad a los animales, porque revela una situación de miseria económica y burocrática que pone en entredicho aquello de que en Aguascalientes, somos chingones y eficientes en todo.

Los relatos abordan una realidad tan simple que pasa inadvertida para los miles de visitantes que tiene nuestro parque insignia: Las terribles condiciones de vida de los animales puestos bajo nuestra custodia en el Parque Héroes o Rodolfo Landeros; como quieran llamarlo. 

Animales silvestres rescatados (águilas, monos, ciervos, mapaches, camellos,  loros, avestruces, gansos y hasta un tigre) que ante la incapacidad del Gobierno Federal para atenderlos por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, nos los encargaron, y nosotros desde el gobierno del estado, los aceptamos, sin tener la voluntad y presupuesto para atenderlos como seres indefensos y vulnerables; algo parecido al DIF.

Pero confieso que, de no haberme sido mostrada esta realidad por los valientes colaboradores del libro, sería un personaje más de los que solamente dirían “que jodido está el zoológico del Parque Héroes”. Pero error, no es un zoológico, está a años luz de serlo. 

Es o pretende, debiera ser un “Centro Recreativo de Educación y Cultura Ambiental” u albergue, un lugar tanto de esparcimiento como un hábitat seguro  de rehabilitación de especies inclusive en peligro de extinción o francamente exóticas, como el tigre, de quien no encuentro explicación razonable para que semejante majestad, sobreviva en el peor lugar que pudiera pensar para un animal de sus características; y cuando digo que el peor lugar, me sonroja y molesta pensar, que talvez estaban mejor, antes de ser rescatados; que su calidad de vida en la ilegalidad de su adquisición y posesión, era mejor, que en las  manos inmisericordes del propio gobierno.

Pero se preguntarán, ¿a qué viene el título de la presente opinión?

A que después de muchos años de tocar puertas, los aficionados al futbol americano lograron que se les construyera una cancha profesional en un espacio público, distinto a los elitistas espacios deportivos que tienen las universidades más costosas del estado y del país, para practicar en un extraordinario nivel deportivo, semejante deporte. 

Con un costo declarado de aproximadamente once millones de pesos, en una superficie de casi una hectárea de las casi noventa que tiene el parque, la cancha de americano es una realidad; y sin ánimo de polemizar sobre sí el impacto ambiental se justifica, lo cierto es que cientos de jóvenes mujeres y hombres de Aguascalientes y la región, se suman al ejercito de deportistas y atletas que son indispensables como gladiadoras y gladiadores en tan apasionante disciplina.

¡Esta bien!, pero ¿se vale apoyar la cultura del deporte, sin meter un solo centavo a la cultura del respeto y admiración por los animales? Sin duda no; y seguramente las decenas de chavos y chavas que cada fin de semana se rompen literalmente los huesos en cada partido, ignoran que a unas cuantas yardas de su cancha, rodeados de la opulencia cuasi faraónica del Teatro Aguascalientes y el Museo Descubre, seres bellos, asustados e indefensos, agonizan, lenta muy lentamente, sin que nadie los defienda.

El dato es escalofriante:

Una pareja de camellos y su cría; 12 conejos, 48 loros, un watusi hembra y su cría; una tigresa, un cuervo, un halcón, 2 wapitis; una pareja de faisanes plateados, una llama, un coatl, 2 monos, un perro-lobo cachorro; un venado colablanca y 3 iguanas, han muerto en nuestro parque, bajo nuestra “supervisión” y “cuidado”, además del mapache que ilustra la portada del libro, que murió atorado en su jaula en agosto de 2021; imperdonable.

Para ellos y para los animales que aún sobreviven en el Parque, no hubo ni  hay línea defensiva, tiempos fuera, insumos de protección, un campo limpio y verde para correr, agua para beber,  un coach o mariscal de campo que se preocupe por ellos y mucho menos una alimentación de alto rendimiento.

Por eso considero que de los once millones de pesos del costo de la cancha, no creo que siquiera una décima, una centésima parte de esa cantidad, no pueda destinarse a la construcción de un pequeño lago artificial para los animales acuáticos (viven en pasto o lodo) para espacios amplios para los venados, ciervos y animales como los avestruces, que capaces de correr de decenas de kilómetros por hora, sobreviven, haciendo surcos de desesperación en unos cuantos metros cuadrados, que semejan las infames y  pequeñas dimensiones de las  casas del Guadalupe Peralta o el Valle de los Cactus. 

¿Por qué no han sido devueltos a su hábitat? Porque en las condiciones en que están, difícilmente sobrevivirían. Esta horrible prisión animal en la que pasan sus últimos días,  los privó del ánimo de lucha, como se estila con los peores delincuentes humanos.

Por eso sostengo, que los aún esperamos un milagro y nos gusta el fut bol americano, sabemos que nuestros animales están en su tercera oportunidad y mil yardas por avanzar; la misma  distancia figurada –casi un kilómetro- que caminan alegremente  los jóvenes deportistas con  sus amigos y familias, desde la entrada de este auténtico cementerio de animales, hasta la soñada zona de contienda que es la cancha de fut bol americano.

Están, nuestros animales, muy lejos de zona de anotación, pero todavía podemos salvarlos. ¡Necesitan un gol de campo que les devuelva la oportunidad de luchar, sobrevivir y ser felices!

Apoyémoslos, vamos al Parque, preguntemos por ellos, observémoslos sin miedo; sin ese miedo que ya tiene de nosotros y de quienes los cuidan.

Llegó el tiempo de Fut Americano! ¡Llegó el tiempo de la Charreria!

¿Cuándo, cuando llega el tiempo de ellos? Estamos en la línea de los dos minutos.

Juan Pablo Ruiz es abogado y animnalista.

Lectura gratuita del libro