Juan Manuel Robledo
A poco más de un mes de que la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo proteste el cargo constitucional, en el territorio mexicano comienzan a brotar "aspirinas" a convertirse en sus interlocutoras reales, en sus sucesoras, en sus contrapesos de género.
El techo de cristal que Sheinbaum ha roto también es la oportunidad de las mujeres mexicanas para colocarse en el centro del debate nacional, en las posiciones donde se define el futuro de la nación.
Uno de esos brotes, para nada espontáneos, sucedió hace pocos días en Aguascalientes; en un evento con mujeres, a la gobernadora hidrocálida Teresa Jiménez Esquivel le gritaron ¡presidenta, presidenta!
Afianzada estrechamente en la dirigencia nacional panista y en la cresta de la ola porque su estado fue el único que desafió y medio detuvo la aplanadora morenista, Jiménez Esquivel tiene espacio hacia adelante para construir sus aspiraciones presidenciales.
Es temprano, dirán sus críticos. Es tarde. Las candidaturas presidenciales no son jocoque que de la noche a la mañana ya está. Habrá que ver la estrategia y como se empata la aspiración con la responsabilidad local.
Juan Manuel Robledo es director de Info Aguascalientes / infoags y politólogo de café.
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